Acaso...?
Por: Rafael Angel
¿Acaso no extrañaba mis palabras a su oido?
¿Acaso me pensaba? ¿Ni escuchó usted mi canto?
¿Acaso me encerraba en el baúl de su olvido,
y puso allí el cerrojo de un terrible quebranto?
Yo jamás tuve afrentas; sólo tuve un gemido.
Al contrario, señora; por usted soy un llanto.
La pensaba en mi adentro; la soñaba en mi nido,
porque es bello soñarla; porque nunca la he herido,
cuando en mi boca queda su sabor y su encanto;
porque jamás se olvida a un jardín florecido;
porque jamás se olvida... a quien se ha amado tanto!
Rafael © Angel Cortés
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