INTRODUCCIÓN
(Prosa Poética)
al poema `El Nido…` del
mismo escritor.
Autor: Rafael Angel
*******^^^*******
¿Qué dices? ¿Te
vas?
¿Quieres volar a mundos que ya te son familiares?
¡Qué pena!; querer aprisionarte en las mismas redes que ya una
vez te ataron,
te asfixiaron y casi te mataron...
¡sólo para arrancar de tu corazón al poeta que te ama!
Te dije en versos que dejaré mi puerta abierta;
no porque sea yo tu `jaula`
— (las jaulas son cárceles)—
sino, más bien, tu `nido` que tienen su entrada abierta, sin
puerta,
para que puedas salir a respirar otros aires... y luego puedas
entrar otra vez,
quizás con nuevas heridas, para buscar el calor que dejaste,
mientras sanas.
Así quiero ser para ti. No me mires de otra forma;
siempre estaré aquí: esperándote para darte calor de hogar,
para escucharte y compartir tus experiencias... y también para
escuchar tus quejidos,
cuando destrocen en pedacitos tu corazón… como tiro de
granada…
¡como ya lo han hecho antes!
No te reprocho; eres joven y te falta aún mucha experiencia por
vivir,
muchos golpes que recibir, como también muchas satisfacciones y
pasiones.
Ve, busca ese mundo que quieres; surca esos aires; respira oxígeno
fresco;
remóntate a las alturas. Y si un día te golpean muy duro...
y ya no puedes volar, aquí estará tu nido:
caliente, mullido, blando, con pajillas nuevas y frescas,
esperando por ti para acariciar tu cabecita herida y curar tus
alas rotas.
Procuraré seguir en soledad, como hasta ahora, para darte lo
que me quede de atenciones, todas,
y enjugar tus lágrimas, sanar tus alas y tu pico, acariciar tu
plumaje con ternura...
y darte besos de amor, en lugar de deseos impuros o de lujuria
pasional.
Te espero… ¡precisamente porque te amo!
P.D. Lleva contigo el siguiente poema en tu pico. Es tu boleto
de regreso.
El
nido...
(Poema Rimado)
Autor: Rafael Angel©
Aquí estoy;
igual que lo he estado siempre:
disfrutando tus llegadas y sufriendo despedidas;
arreglando tu almohada; presintiendo tus salidas.
Mas no lo harás a escondidas, porque el camino conoces;
ya has sentido de esos goces que sólo te hacen heridas.
¿Quieres volar? Pues... ¡arriba!, que el espacio no limita,
no se encoge, mas te invita, mientras tú sueñas dormida.
Mas, recuerda que la vida no es toda placer mundano,
ni es aquel goce tan vano que en una alcoba termina.
El corazón que destila, con lágrimas, puro amor,
no se acuesta en el colchón del placer y la mentira;
suele llorar despedidas, porque presiente el dolor
que, a la falta del calor, del nido que ha cobijado
cuanto atrás de ti has dejado, hoy tal vez, por inocencia,
se convertirá en prudencia y en experiencia a tu vida,
no importa cuántas heridas te falten por recibir,
pues la ciencia de existir se aprende, ¡pero no se olvida!
Y aquí estaré, como el nido, con su boca destapada,
esperando tu llegada para escuchar tu gemido.
No habrá reproches, te digo; vé tranquila y vuela alto;
no tiengas miedo ni espanto por cuanto veas en la altura,
pues el espacio es negrura... ¡aunque, de luz, tenga tanto!
Cuando vuelvas en quebranto, no me sentiré vencido;
tal vez un poco afligido por ver cómo han maltratado
a aquello que yo he cuidado, y con quien he compartido.
Pero ya lo has decidido; no te tardes en volar.
No me quieras maltratar retardando tu salida,
pues por más que yo te diga, tu opinión no ha de cambiar.
Me limitaré a esperar, sólo a mirar tu regreso.
Y cuando el feliz suceso ya se venga a completar,
tu pico te he de tapar con mi más humilde beso.
Vuela libre; no eres preso de una cárcel ni un castillo.
Vuela hasta que veas el brillo del sol en la madrugada.
Cuando te sientas cansada, y tu vuelo sea aguerrido,
y si ya te has decidido, y a mí quieres regresar,
mi corazón te ha de amar; no soy cárcel... ¡soy tu nido!
~Rafael Angel~