El
rosal de la fosa
-Ya me voy, compañeros;
por hoy ya fue bastante.
Mi aturdida cabeza no resiste
todo el alcohol que esta noche comparte!
Debo llegar donde el amor me espera,
donde, pacientemente, cada noche,
de mis juergas terribles me consuela
sin preguntas, sin herir, sin un reproche!
Ya me voy, compañeros...
la vista se me nubla; siento ardor.
Nos veremos —tal vez— en otra noche
y ahogaremos nuestras penas en alcohol.
Pero, por hoy, ya basta...
Voy hasta su morada de candor
y hoy mis manos no llegarán vacías,
¡Le obsequiaré...! Ya sé...
...Le obsequiaré una flor!
~~~
Y partió el bardo camino hacia su amada.
Y entre piruetas y tumbos, aturdido,
con cada paso recordaba su nido...
...y caminaba... ! ¡Caminaba... !
La luna daba luz a su camino;
la sombra de los árboles jugaba
en la ventisca de la noche fresca
...de aquella madrugada!
¡Cuántas promesas rotas! (recordaba)
¡Cuántos momentos de pasión! (en su memoria)
¡Cuántas caricias... ! ¡Cuántos besos... ! (soñaba)
¡Cuántos dormir en sus desnudos pechos
...en noches de lujuria! (sollozaba).
~~~
Y se cuenta que mientras caminaba
arrancó de un jardín aquella rosa,
cuyo aroma era frescura deliciosa,
que acariciaba con amor..., ¡ para su amada!
La luna se apagó. Una total ausencia
de luz. Todo se hizo penumbra...
y un húmedo rocío de madrugada
mojaba el cuerpo aquél que una flor,
contra su pecho, apretujaba!
Y al renacer de aquella madrugada,
cuando un rayo de sol, de luz cubría
los entornos de aquel campo de lápidas,
al lado de una fosa alguien yacía,
y en torno de su cuerpo... como lágrimas,
...un rosal florecía!
~Rafael Angel~
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