Trinos del Zorzal
Por: Rafael Angel


Me llega un susurro, como preguntando:
"¿Dónde estás, Zorzal? —¡No escucho tu canto!
Y el zorzal responde: — estoy descansando.
Descanso del mundo, del viento, de todo;

mis plumas, ya en canas, yacen perezosas.
Y hasta aquel chirrido que echaba al espacio
para que mi mundo me aplaudiera raudo,
ya no suena apenas; ya se ha terminado.

Ya nada me inspira a seguir cantando.
Estoy como muerto; estoy deslindado.
El amigo tiempo no ha pasado en vano.
Y sigo en la espera del que va temprano.

Y el llegar no llega, mas sigo esperando.
Estoy en las nubes donde vuelo alto,
cerca de los cielos, para entrar despacio.
No me siento solo; es muy al contrario.

Hoy queda el recuerdo de todos aquéllos
que me sonreían en mi volar bajo.
El tiempo no pasa sin dejar su rastro,
su huella, sus manchas, arrugas y vellos,

las alas caídas, los ojos brotados.
La lengua reseca... seca por los años;
Mas hoy, con tus versos, aunque aletargado,
te canto estos trinos, ¡que sean de tu agrado!

Este no es mi ritmo; es —mas bien— mi llanto;
hoy sigo aleteando por esos espacios...
con mirada triste, si es que miro algo…
pero ya no trino; pero ya no canto.

FIN
i-mmviii


Rafael © Angel

 

 

 

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